Nunca he tenido buen ojo para fotografiar el paisaje . Quizás porque están construidos con la armonía y sabiduría que posee la naturaleza y me queda lejos llegar a comprenderla.
Me decidí a buscarlos en lo mundano, donde la mano del hombre está presente y puedo interpretar parte de ese lenguaje y hacerlo mío.
Descubrí en los polígonos industriales de mi ciudad un lugar donde conectar con el paisaje, fotografiando de forma casi instintiva aquello que atraía mi mirada más primaria. Puede que esos trozos de realidad hablen más de mí de lo que soy capaz de transmitir con palabras.